Es la vieja espera que late en las entrañas, la vieja y esperanzada espera en la nada de las horas. Es la furia ciega, de la angustia loca, de la amarga lucha, de la ingrata aurora. Es la perpetuidad en caída sucesiva, la eternidad de ayeres, la embriagada juventud, la recaída. Es el corazón fantasma, la herida abierta, son los ojos del perdón que no se abren. Es una lenta purga de incertezas, es el vacío, el dolor, la angustia lenta. El desplazamiento, 2013