Todo empieza con un tajo en el vidrio lastimero, el rostro se vuelve escarcha, y se desdobla siniestro. Entonces, según el ángulo, uno ve el ojo el labio el brazo salir del cuello. En unos cuantos pedazos se triza tranquilo el cuerpo. En Caleidoscopio, 2014 Della Bruna