Ciertos días estarán teñidos, tal vez para siempre, del preludio de la muerte. La sensación extraña de la desesperación, el intento de arreglarlo todo, la vertiginosidad de un peligro. Pero lo peor ya sucedió hace tiempo. Hay días que son resabios. Se explayan solo los instintos, no hay espacio para la espera. Manda el estómago de animales, con memoria en las entrañas.