Ciertos días
estarán teñidos,
tal vez para siempre,
del preludio de la muerte.
La sensación
extraña
de la desesperación,
el intento de arreglarlo todo,
la vertiginosidad
de un peligro.
Pero lo peor
ya sucedió
hace tiempo.
Hay días
que son resabios.
Se explayan
solo los instintos,
no hay espacio
para la espera.
Manda el estómago
de animales,
con memoria en las entrañas.
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