“Años después, frente al pabellón de fusilamiento…” Ah, no no, disculpen, eso ya fue escrito. Comienzo de nuevo. Años después, frente a la pandemia de covid 19, recordaría esa tarde de abril en la que conocí a Clarice y Eduardo. Era 2014 y yo transitaba mis tempranos treintis. Estaba en Buenos Aires y pasé por la feria del libro, no muy ilusionada porque esos eventos tan multitudinarios suelen quitarme un poco las ganas de todo. No suelo sentirme bien ante la sensación de lo inabarcable. Yo conocía a Clarice Lispector pero no tenía ninguno de sus libros, solo un par de cuentos fotocopiados y un PDF de La pasión según GH, estaba en la búsqueda del libro en papel. Pasé por el stand de la Editorial Corregidor y vi una mesa con muchos títulos de Clarice. Estaba mirando, leyendo contratapas, mirando a la mesa de al lado a ver qué otros libros tenían, cuando se me acercó el vendedor. Me preguntó qué estaba buscando y le pedí La pasión. No lo tenían. “Pero tengo este, que te ...