La experiencia con el canon literario escolar no escapa a la matriz cultural patriarcal, que desde la historia, la ciencia, el arte, la literatura, la producción de conocimiento y su divulgación, ha pretendido que es el varón quién ha protagonizado los distintos ámbitos y ha hecho avanzar el motor de la historia y la cultura humanas. Parafraseando a Gerda Lerner, es absurdo pensar que la humanidad haya podido hacer cualquier cosa sin contar con la mitad de sus miembros. Sin embargo la operación de invisibilización es sistemática y profunda. Más allá de las obvias dificultades que tenían las mujeres de otras épocas para participar del mundo literario en calidad de autoras, desde el siglo XIX en adelante se consolidó paulatinamente la figura de las escritoras. Nos encontramos con poetas, dramaturgas y novelistas, cuentistas, periodistas, historiadoras. Algunas empezaron a escribir con un nombre masculino, otras eran escritoras fantasmas de algún hombre, a veces el marido. Y otro gru...