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Mostrando entradas de junio, 2018

Sábado

Es sábado y cae silenciosamente la nieve. Abiertas las cortinas veo su sutil caricia en el aire en el suelo. Engañosa su suavidad si sigue así lento y constante puede acarrear la fuerza de los mares, cerrar las calles los caminos tirar los árboles, dejarnos tras las puertas impotentes. Tengo una piedra en la garganta.

Podio

Me levanté clara me levanté nueva me levanté blanca. Caminé segura casi esperanzada. Y llegué a destino mis ojos temblaban. Volví dolorida ahora sí clara ahora sí nueva un poco más libre más bien liberada. En ese destino en esa llegada no quedaba nada.

Vigilia tensa

Hormigueo de zapatos cojos. Noche de insomnio inacabado. Carilla espesa de susurros flacos. Un manojo de miradas agrias me da el espejo taimado. Las pupilas quieren ver a esa mujer que alguna vez paladeó la derrota.

Despedida

Tiemblan perdidas las tardes que ya no serán. Esta es la última noche lo saben tus pupilas. Perdiste la última batalla contra la injusticia. Perdí con vos el tierno despertar el suave atardecer el sereno transitar de las horas. Te dejé, por un rato en la muerte. Con tus pupilas apretadas agrandadas elocuentes. Te dejé en la muerte.

Comienzos

Trizas de humanidad en este mar de subsuelos Un piso más bajo más denso. Un poco más sola. Un poco más muerta más triste más cierta. Y luego la chispa la mano el pecho del otro, el mío que late de nuevo.

Afuera

Afuera soplan fuerte los vientos hay agua de temporales deriva tormenta choque amarguras inclemencia. Duele la intemperie. Afuera pinté esferas pirámides atardeceres rompí espejos y espejismos suspiré gemí grité. Fuera, afuera sentí la fuerza inacabable de la insobornable libertad.

La usura

Pagó caro pagó mucho pagó una y otra vez. Una deuda pendiente una usura. Él caminó la noche cobró sin esperar preguntas. Cobró hasta que se mojaron sus manos de orina de hielo. El niño vendió estampitas la vieja tejió escarpines en la plaza la niña vendió su inocencia y lloró la madre, sal. La usura se hizo sangre grito navaja piedra. La vieja murió sola el hombre sembró espantos la madre lloró estrellas la niña nunca más fue niña el niño nunca llegó a hombre. No se cura la herida no se resucita al muerto. No se devuelve jamás la inocencia. No hay castigo ni pena ni perdón para el daño del usurero.

Pueblo amargo (versión 2018)

Gris cerrado de cielo roto. Esclavos presos atrapados en el gris cercano. Cobardes criaturas de un sueño macabro. Y así ganó el gris en la fábrica y en el mercado. Así ganó el gris en mi pueblo amargo.

Caída

Epílogo Canto pequeño (versión 2018) No alcanzó tu grito de susurro inmenso. No alcanzó tu llanto te perdiste lento. Luego tieso gris humeante en las puertas del cielo estaba tu cobarde tu inhumano tu terrible precio.

Canto pequeño (versión 2018)

Canto pequeño de viento de flores de pasto canto de sueños. Canto triste apagado canto mío canto nuestro. Canto abierto iluminado intenso. Canto mío canto nuestro.

Definiciones (versión 2018)

Quién define el dolor esta mañana blanda, esta mañana sucia, de niebla bruma olvido. Un pájaro ciego una piedra aturdida. Quién define el dolor. La lluvia triza los cristales en la sorda mañana ennegrecida.

Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito

Sucesión de los vientres I Bajo sus pies la tierra que llaman virgen, la tierra co lo ni za da. Ella, endurecida cuerpo que ha dado hijos cuerpo co lo ni za do. II La hija del encierro del hombre del vientre atropellado de una madre involuntaria. Ella, ahora madre también involuntaria se irá con otro hombre, su vientre para otros hijos. III Agua tibia amarga la contiene la alimenta la rechaza. El grito de su madre la despierta después de tanta lucha. En el mundo unas manos ásperas la toman. No el grito no las agrias tempestades del cuerpo que no la había elegido. IV Deseada, acariciado el vientre que la carga. Dormida, el silencio era su sombra. Nació sin lucha bebió la sombra la negra pulcritud de antiguas muertes. V De este vientre no saldrá más que sal.

3 de junio - Ni una menos

Danza Hay una danza de mujeres que me acuna en el silencio amplio que se abrió en mi cuerpo. Hay una voz unos ojos grandes hay un pesar un embeleso. Es esa mujer fuego que grita, explora. Es esa mujer verde que verdes brotes llora. Es una mujer árbol que sostiene el infinito. Es la mujer espejo; y la otra que salió a buscar sin pausa lo que añora. Es una voz de mujer que me acompaña. Es un abrazo de mujer que me alimenta. Es, en el amplio silencio de mi cuerpo, otra mujer que me rescata. Ellas danzan alrededor de mi silencio del sereno verano que ronda la muerte. Amigas Y ellas haciendo magia en el susurro espeso del verano. Ellas que traen agua, practican un rito que se teje alrededor de mi llanto. Un rito de voces, de silencios, de manos. Ellas están, y yo no caigo.