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La usura

Pagó caro
pagó mucho
pagó
una y otra vez.

Una
deuda
pendiente
una
usura.

Él
caminó
la noche
cobró
sin
esperar
preguntas.

Cobró
hasta que
se mojaron
sus manos
de orina
de hielo.

El niño
vendió estampitas
la vieja
tejió escarpines
en la plaza
la niña
vendió
su inocencia
y lloró la madre,
sal.

La usura
se hizo
sangre
grito
navaja
piedra.

La vieja
murió sola
el hombre
sembró espantos
la madre
lloró estrellas
la niña
nunca más fue niña
el niño
nunca llegó a hombre.

No se cura
la herida
no se resucita
al muerto.
No se devuelve
jamás
la inocencia.

No hay
castigo
ni pena
ni perdón
para el daño
del usurero.


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