Parte II: una lectura feminista del mundo del trabajo
El primero de mayo, Día Internacional de Lxs Trabajadorxs, es una
paradigmática fecha de lucha que conmemora la condena y fusilamiento de los
siete anarquistas de Chicago que reclamaban por los derechos laborales de los
que hoy disfrutamos, entre ellos, la jornada de ocho horas.
En Argentina, la primera marcha del 1 de mayo fue organizada por una mujer,
Virginia Bolten, en 1890. Ella también fue la primera oradora mujer en una
manifestación de este tipo y es reconocida por su trabajo periodístico. Durante
un año (1896 a 1897) editó los nueve números del periódico “La voz de la mujer”,
de raíz anarcofeminista, cuyo lema era “Ni Dios, ni patrón, ni marido”.
Mientras tanto, apenas sobrevivía con un sueldo como operaria de una fábrica de
zapatos.
A más de ciento treinta años de ese primero de mayo la realidad del mundo
del trabajo ha cambiado en muchos sentidos, pero la lógica de la explotación y
la desigualdad para las mujeres y disidencias sigue vigente. Recorreremos en
este número algunos textos actuales que analizan la temática.
Economía Feminista
A fines de 2018 Cristina Carrasco Bengoa
y Carme Díaz Corral editaron el
libro Economía Feminista, publicado por Madreselva. Ahí presentaron
seis artículos de autoras como Silvia
Federici, Verónica Gago, Amaia Pérez entre otras reconocidas representantes
de los estudios de economía y género. Estos artículos tienden una red de
intercambio entre Latinoamérica y Europa.
Uno de los mitos centrales que se abordan en estos textos es la creencia de
que el mundo de la producción existe independientemente del de la reproducción
y el cuidado de la vida. Sin el trabajo doméstico no remunerado que recae
mayormente sobre las mujeres, no sería posible
el sistema económico capitalista.
La búsqueda de una economía sostenible, la ecología como eje central al
tener en cuenta la actividad económica, la organización social de los trabajos
de cuidado y la importancia de la equidad son algunos de los ejes que están
desarrollados en este libro. También un imprescindible número de estadísticas y
análisis de políticas, tanto mundiales como regionales, que nos permiten evaluar
el grado de desigualdad por clase y género en distintos lugares del mundo.
Acumulación originaria, bienes comunes y feminismo
Silvia Federici es sin duda una de las autoras
fundamentales a la hora de pensar el mundo del trabajo y el sistema económico
capitalista con una perspectiva feminista y contemporánea.
Esta italiana que vive en Estados Unidos desde los años 60 es editada en
Argentina por Tinta Limón. Tres son los ejes de su prolífica obra: la acumulación
de capital originaria; las tareas de cuidado y reproducción de la vida no
remuneradas como principal fuente de desigualdad; y la explotación de la mujer
y el problema de la apropiación de los bienes y riquezas comunes.
Su clásico, que no podemos dejar de leer, es Calibán y la bruja Mujeres,
cuerpo y acumulación originaria. En este libro, publicado en Estados
Unidos en 2004 y por primera vez en Argentina en 2010, Federici despliega la
historia del capitalismo utilizando la historia de Calibán y la bruja como
metáfora de una forma de producción que necesita del racismo y del sexismo para
prosperar.
Desde la expropiación y destrucción de las tierras comunes a la “quema de
brujas”, la transición del feudalismo al capitalismo se muestra como lo que
fue, un ejercicio de violencia extrema. Aparece, claro, la pata colonialista de
la acumulación original del capital con la conquista y robo de América y la
fuerza de trabajo esclava, basada en el racismo.
La servidumbre y apropiación sobre los cuerpos de las mujeres, las prácticas
disciplinadoras y la expropiación sobre saberes ancestrales se ve tejida entre
esta historia de colonialismo y explotación: “La caza de brujas ahondó las divisiones entre mujeres y hombres,
inculcó a los hombres el miedo al poder de las mujeres y destruyó un universo
de prácticas, creencias y sujetos sociales cuya existencia era incompatible con
la disciplina del trabajo capitalista, redefiniendo así los principales
elementos de la reproducción social. En este sentido, y de un modo similar al
ataque a la `cultura popular´ y el `Gran Encierro´ de pobres y vagabundos en
workhouses y casas correccionales, la caza de brujas fue un elemento esencial
de la acumulación originaria y de la `transición´al capitalismo.”
Trabajo no remunerado
En El patriarcado del salario, Federici hace una crítica a Marx desde el feminismo, rehistorizando
la expulsión de la mujer de la fábrica a fines del siglo XIX para confinarla al
trabajo doméstico que, a diferencia que el trabajo industrial, no recibía pago.
Y en este sentido la mujer queda sometida, ya que el varón tiene el poder del
salario y esto lo habilita a supervisar el trabajo doméstico y a disciplinar a
la mujer. La práctica se reflejaba, incluso en los códigos legales que
permitían los castigos corporales hacia la mujer y lxs niñxs.
Además de este libro, Federici
retoma el tema en un trabajo de recopilación y edición que hace con Arlen Austin. El resultado es el libro Salario
para el trabajo doméstico –título de la campaña organizada por el
Comité de Nueva York-, que reúne la historia y los documentos de dicha
organización de 1972 a 1977, junto con la teoría que se puede construir a
partir del material.
Esta organización feminista se movilizó en los setenta para exigir al
Estado que pagase el trabajo doméstico. Podemos decir que la militancia de esta
organización abrió el tema, cuando aún no había sido abordado por otras
colectivas feministas hasta ese momento.
La necesidad de la organización y de la internacionalización de la lucha,
la oposición al trabajo sexual, el abordaje de la violación dentro del
matrimonio y el cálculo del salario del trabajo doméstico son algunos de los
ejes que se pueden profundizar en esta obra, en el marco de una experiencia
única en su tipo.
Por un mundo más equitativo
La desigualdad en el mercado laboral se acentúa si pensamos en lxs
inmigrantes y la comunidad trans, la mayoría de las veces condenadxs a la
precarización, la desocupación y la discriminación. La ley de cupo laboral
trans trae ejemplos todos los días de mejoras en este aspecto, pero está muy
lejos de cumplirse en plenitud y en todos los lugares del país. Lo vemos cada
día en las fotos como las de Tehuel, que respondió a una oferta laboral y fue
desaparecido. Lo seguimos buscando, seguimos pidiendo Justicia por todxs lxs
que no volvieron.
¿Es posible hablar de equidad bajo el sistema capitalista de producción?
¿Es posible pensar una transición hacia otro sistema económico justo? ¿Habrá un
mundo sin explotación de clase, raza o género, sin extractivismo?
Preguntas complejas en un escenario tan terrible como el que estamos
viviendo, en este Chubut cuyo gobierno provincial denigra a lxs trabajadorxs y
cuyos legisladores traicionan la voluntad del Pueblo con el rechazo a la
Iniciativa Popular, evidenciando la intención de profundizar el modelo de
explotación y extractivismo que destruye el medio ambiente, los bienes comunes
y trae solo más miseria para la clase trabajadora, los Pueblos Indígenas, las
mujeres y las disidencias.
*Publicada orignialmente en el Nro. 11 de Dame una Mag. Podés leer el número completo en
https://www.flipsnack.com/dameunamag/fuerza-natural-dum-10-05-21/full-view.html
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