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Mostrando entradas de abril, 2018

Partida (Te llamarán mujer, versión 2018)

Partirá una mujer en la aurora. Sentirá como rasgada su piel de sogas viejas. Estará otra vez frente a la muerte, frente a lo vacuo, frente a lo frío, frente a la astucia de la vanidad, frente a la trampa de un tibio nido, frente al dolor de lo perdido.

Identidades (Te llamarán mujer, versión 2018)

Mi vientre no cobija como otros al hijo de la sangre. Pero mi alma teje con palabras un poema prohibido. Es el canto que pregunta desde el fondo si hay que continuar esta raza de perdidos.

Río (Soy ese río, versión 2018)

Repetida estampida de mi sangre. Como el río ha vaciado una y otra vez sus aguas. Como el río sigue llamada con el mismo nombre. Como yo a pesar de ser otra y la misma. Muralla con memoria habitada por otras inquilinas.

Jueves perverso

Lluvia y estrechez. La perra espía cómo el cielo que se ha perlado opaca el rojo del ciruelo de enfrente. En la calle solo me encontré reveses. Lluvia constante. El atardecer se come el día. Ahora noche, noche y lluvia. Estrechez en el pecho. Los que se han ido, los que están lejos, lejos lejos. Dejar de comprenderte. Dolerte la violencia. En el útero. En un país distante no es violencia cinco hombres contra una mujer. Violación premeditación registro divulgación burla. Pero no es ataque, no es para los jueces violación. Lluvia, lluvia y estrechez. Jueves perverso.

Algún final

Se cierra una eternidad y se confirma mi muerte. Lejana incierta. Se cierra una eternidad y no me acuerdo si se conservará como en un mundo alternativo. ¿Existirá la eternidad de mi niñez? El patio remoto los ojos de mi abuelo las pisadas tempranas para ir a la escuela. ¿Latirá allí mi corazón por ese niño que me corrió con un sapo? Es otra eternidad la que se cierra. Tal vez por eso quedan pendientes tantas cosas. Concluir es admitir la muerte. Epílogo De pronto desperté y no soy de este sitio.

Septiembre desdoblado

Son las secuelas que horadan aún. Son las secuelas. Para mi bien recuerdo, pero también olvido, para mi bien olvido. Me alcanzarán otra vez oráculos y estrellas. Pero la lluvia calma mis espinas. Son las secuelas que horadan aún. Son las secuelas.

Septiembre

Ha llovido este septiembre solo un poco para recordar que aun puede terminar el hambre y la sed. No se atraviesa en vano el país de la sequía. El mundo está en llamas y es poca la lluvia. Más inmenso es el mar lleno de sal sobre la herida. Pero la lluvia no es placebo hoy me alivia.

Despedida

Me llevo muchas cosas en las pupilas. Las sogas podridas de la hamaca, toda una colección de naderías. No se ve una posada cerca, pero no tiene precio dejar la cama corroída. Sucio está el espejo del patio. Como todo también está en ruinas. Y sin embargo encierra una mujer que fui y que dejo en mi partida. Y en cada espejo que se ha roto perdido o fusilado se quedan mil mujeres en las que alguna vez me he desdoblado. Me quedo un poco en cada jaula un poco en cada prado. Me voy entera sin embargo o eso me digo cuando callo.

La copa que espera (versión 2018)

Brindaré a tu nombre. Cuando se derritan nuestros espejismos. Brindaré con ese vino lento. Me sondearé en el reflejo carmesí. Me buscaré en ese cristal viejo que sin embargo guardo. Y brindaré por esos ojos que ya no esperan más que huida. Por esos ojos viejos brindaré por esos ojos tiesos. Por los ojos vacíos que ya no miro, que ya no espero. Brindaré por tus ojos ahora extraños.

Acorralada (versión 2018)

Se levanta la bruma impenetrable. Se opone al sol inalienable de la inalienable libertad. Se hunde el pecho en el incorruptible corazón incorruptible sinsabor incorruptible. No importa quién empezó. Quién ganó. Quién gritó más fuerte. Se murieron los animales sin agua los campos sin viento. No se siembran más que perdidas inocencias.

La sonrisa (versión 2018)

No sucumbe no la sonrisa. La cercan los escollos las zozobras. Prieto el estómago de desesperanza. Absorbe la piel todas las manchas de la mala entraña. Y busco el aliento. Grande puro nuevo. El aliento que me deje respirar sin miedo. Busco incansablemente el aliento. Allí sigue la sonrisa sobreviviendo. Apéndice Soy la entenada la nube que gimotea tras la luna. La habitante incómoda de la casa sin oxígeno.

La víspera (versión 2018)

Vuelve la hora que te vio nacer para volverte tuya. El desprendimiento es el único verdugo vivo. Pero es larga la noche de los desvanecidos. Larga la espera de la luz, largo el completo transitar por mis sentidos. Llega el día. Hay que elegir responder, gritar, hacer, hablar, romper. Llega el día.

Suelo (de trampas) versión 2018

Se hace a veces el camino más firme más claro pero está lleno de brotes de escarcha pasos perdidos tiempo indiferente estridencias sin sentido. Bordado de leños venenosos el bosque engrandecido quiero despegar mis pies del suelo están soldados por el frío. Se acaba el tiempo de la espera y es necesario cortar el pie el brazo el corazón el pensamiento corroído. Que queden pedazos de mi cuerpo en el camino. Lo que quede de mí tal vez descifre esta imposible ecuación que es estar vivo.

Cansancio (versión 2018)

solo percibo el frágil espejismo del espacio en septiembre la batalla ha perdido el rumbo se llenó el mundo de lanzas que vagan sin sentido pero todas llegan todas hieren un poco la esponja de mis huesos el mismo dolor la misma tarde de la misma lluvia la misma elocuencia ensordecedora de la pena

Preludio (versión 2018)

se decantaron uno a uno los remolinos de mi sangre en la última cobardía de no querer más palos se pregunta el cuerpo apedreado y sin cobijo cuánto falta para que se acabe el frío para que se duerman los músculos para que se callen los gritos

¿Cobardías? (versión 2018)

puente caído río espeso corrompido aquí el desierto allí el bosque de fuerte brío ¿pero queda coraje en el saco? para levantar el puente para ganarle al hastío queda una lágrima que horada el pecho sonríe a tientas el miedo queda el alma para desafiar al río muerto

Textos de abril

Desde fines de marzo y buena parte de abril iré subiendo textos del poemario El desplazamiento, publicado en 2013 pero cuya escritura en bruto es de 2008, por lo que está cumpliendo diez años ese trabajo. Diez años pueden ser muchos o pocos, cinco años marcaron la distancia de esa primera escritura a su publicación y sin embargo no hubo suficiente tiempo para limpiarlo del barroquismo que lo impregna, y que tiene también que ver con una etapa, con una postura estética y con una exacerbación que quería que quede de manifiesto. Ahora republico releídos, y con otra mirada los textos de ese poemario, como quien busca la raíz entre tanto yuyo amargo. Los textos ahora más que nunca siguen conformando un desplazamiento, esta vez mi ojo y mi mano los desplazan a un lugar más despojado, les intentan quitar algunas trampas retóricas, algunos conceptos que ya quedaron gastados y buscar su esencia. Buscarme en ellos como la que soy hoy.

Otra espera (versión 2018)

se estrecharon los campos después del incendio se apagaron en la noche los aullidos de la loba no habrá lluvias para la yerma tierra del olvido desde el oscuro esófago al estómago estrecho todas son turbulencias de noches sin risa huye ese que acechaba y todavía respira a duras penas una espera elocuente