se decantaron
uno a uno
los remolinos
de mi sangre
en la última
cobardía
de no querer
más palos
se pregunta
el cuerpo
apedreado
y sin cobijo
cuánto falta
para que
se acabe
el frío
para que
se duerman
los
músculos
para que
se callen
los
gritos
uno a uno
los remolinos
de mi sangre
en la última
cobardía
de no querer
más palos
se pregunta
el cuerpo
apedreado
y sin cobijo
cuánto falta
para que
se acabe
el frío
para que
se duerman
los
músculos
para que
se callen
los
gritos
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