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Mostrando entradas de mayo, 2019

Día 59 Marie-Leontine Tsibinda

Marie-Leontine Tsibinda República del Congo 1958-… Mamá Sabes Mamá aún sueño contigo aún contigo sueño como en las grandes vacaciones hemos caminado juntas juntas en la carretera la carretera pedregosa y sus curvas sinuosas sinuosas curvas, juntas no estábamos solas sabes Mamá el silencio compañero discreto nos envolvía con un velo misterioso tus pasos de mujer pequeña me hacían pensar en una estrella fugaz estrella fugaz aurora en el cielo constelado de Girard caminabas y yo como una sombra fiel sombra fiel, yo te seguía te seguía feliz de estar contigo…

Día 58 Ananda Devi

Ananda Devi Mauricio 1957-... Suspiro (fragmento)* Dijo “bien”, no “feliz”. Estaba consciente. Noella jamás sería feliz. Siempre estaría resentida con todos por ser como era. Jamás sería “amable”, no, ella no. Su mirada traspasaba todos los misterios y todas las máscaras sin intento alguno de alianza. El único ser sin ilusiones en Rodrigues era ella. Suspiro, con ella en el centro, sería un lugar repleto de dudas. Pero tal vez Marivonne vio una oportunidad de cambio para Noella. Apartada de todo, en un ambiente más saludable que el patio trasero donde se arrastraba todo el día entre los desperdicios y, sobre todo, lejos de Gorinne que le fascinaba cada vez más, que decía a Noella que algunos hombres gustaban de las mujeres como ella, mujeres-tronco con rostro dulce y cuerpo vulnerable. Marivonne vio surgir un destello en los ojos de su hija y el miedo la invadió. Eso, más que nada, la incitó a seguirnos. (Yo no. Ella no sentía nada por mí. No era diferente de los demás,

Día 57 Viola Allo

Viola Allo Camerún Contemporánea Dejar Bamenda Pero, ¿dónde está el guardián de la puerta? Estoy arrastrando el flujo  de los africanos, personas cuyas antiguas historias y miembros se debilitan mientras salen del vientre perforado de África.

Solo una pausa en el camino

Por cuestiones ajenas al funcionamiento de la página, por unos días se interrumpió la publicación del proyecto Cien días, cien poetas; hoy lo retomamos. Compartiremos dos o tres poetas por día para cumplir con nuestro objetivo de incluir a las cien poetas de aquí al 25 de junio.

Día 56 Abena Busia

Abena Busia Ghana 1953 - … Calibán Esta lengua que he dominado me ha dominado a mí; me han enseñado maldiciones en el idioma del dominador me han enseñado del sometimiento en el idioma del dominador y soy una mujer despreocupada y desnuda cantando las palabras de una pequeña niña perdida hollando el borde de las olas tratando de volver a capturar… el sueño de una virgen arropada con la luz de la luna un gesto de extenderse a través de las aguas cantando una canción de casa soy la hija de un hombre negro, aún varada en las costas de mares sajones

Día 55 Freedom Nyamubaya

Freedom Nyamubaya Zimbabue 1958 – 2015 VIAJE Y MEDIO ¿Alguna vez te ordenaron desnudarte frente a un millar de ojos aullantes forzada a permanecer tirada de espaldas con tus piernas abiertas permitiendo que alguien a quien nunca viste antes inspeccione tu vagina? Imagínate tirada de espaldas apoyada sobre un estómago vacío sobre hormigas que te muerden furiosas sobre las arenas calientes de África y que te pidan que simules hacer el amor. ¿Alguna vez has permanecido despierta cientos de horas en una noche llorando a gritos sin voz? ¿Alguna vez te pidieron que ladraras como un perro salvaje o que te rieras como una hiena o te han golpeado las nalgas hasta convertirlas en carne molida? ¡La verdad proviene de las nalgas del camarada! Una famosa consigna esto sucedió en los campamentos del movimiento de liberación. Hemos recorrido un largo camino y todavía tenemos que hacer viaje y medio.

Día 54 Veronique Tadjo

Veronique Tadjo Costa de Marfil (Nacida en Francia) 1955 - … El Cocodrilo No es nada fácil ser un cocodrilo, especialmente si uno no quiere serlo. Ese que ves en la página opuesta, no se siente bien en su piel de cocodrilo. Le habría gustado ser diferente habría querido llamar la atención de los niños y jugar con ellos. Hablar con sus padres dar paseos por la aldea Pero, pero, pero… Cada vez que sale del agua los pescadores tiran lanzas los niños huyen las chicas abandonan sus jarros. Su vida es una vida de soledad y de tristeza, una vida sin amigos y sin cariño sin ningún lugar que visitar. En todas partes, extranjero un cocodrilo vegetariano bueno y generoso que tiene un horror terrible de la sangre. Por favor escríbele, escribe a: Cocodrilo Amable, isla nº3 Cuenca del Río Níger.

Poetas africanas

Después de 52 días de recorrer con las poetas Argentina, Chile, Venezuela, Uruguay, Paraguay, Bolivia y México, dejamos por unos días Latinoamérica para escuchar la palabra de mujeres africanas.

Día 53 Alda Lara

Alda Lara Angola 1930 – 1962 Rumbo A J. B. Dias en 1949, a su memoria en 1951 ¡Es tiempo, compañero!                 Caminemos… Lejos, la Tierra nos llama, y nadie se resiste a la voz                 de la Tierra… En ella el mismo sol ardiente nos quemó, la misma luna triste nos acarició, siendo tú negro y yo blanca, la misma Tierra nos engendró!                 Vamos, compañero…                 ¡Es Tiempo! Que mi corazón se abra a la pena de tus penas y al placer de tus placeres                 hermano. Que mis manos blancas                 se extiendan para estrechar con amor tus largas manos negras… Y mi sudor se junte a tu sudor, cuando abramos los caminos de un mundo mejor!                 ¡Vamos! que otro océano nos inflama… ¿Oyes? ¡Es tiempo, Compañero! Caminemos…

Día 52 Guadalupe Amor

Pita Amor México 1918 – 2000 Yo soy mi propia casa I Casa redonda tenía de redonda soledad: el aire que la invadía era redonda armonía de irrespirable ansiedad. Las mañanas eran noches, las noches desvanecidas, las penas muy bien logradas, las dichas muy mal vividas. Y de ese ambiente redondo, redondo por negativo, mi corazón salió herido y mi conciencia turbada. Un recuerdo mantenido: redonda, redonda nada. II Escaleras sin peldaños mis penas son para mí, cadenas de desengaños, tributos que al mundo dí. Tienen diferente forma y diferente matiz, pero unidas por los años, mis penas, o mis engaños, como sucesión de daños, son escaleras en mí. III De mi esférica idea de las cosas, parten mis inquietudes y mis males, pues geométricamente, pienso iguales lo grande y lo pequeño, porque siendo, son de igual importancia; que existiendo, sus tamaños no tienen proporciones, pues no se miden por sus dimensiones y sólo cuentan, por

Día 51 Elva Macías

Elva Macías México 1944 - … Ausencia del unicornio Dulce bien, ¿cómo acordarse para no herir? ¿a qué costado? Las ventanas se vuelven un coloquio. Las paredes escuchan. No acierto a contemplarme. Y aquí estoy guardando de nuevo las reliquias. Soy una tejedora que urde y trama, a su solo deseo, la guirnalda, la música, las joyas, el fruto, el asta erguida, el espejo vacío: el sol de los amantes. Y aquí estoy guardando de nuevo las reliquias. Soy una tejedora que urde y trama, a su solo deseo, la guirnalda, la música, las joyas, el fruto, el asta erguida, el espejo vacío: el sol de los amantes.

Día 50 Tedi López Mills

Tedi López Mills México 1959 - … Nieve Lo más extraño de la nieve es no haberla visto pero convocarla como un hábito del asombro o una condición de ciertas palabras. La nieve solícita  de Lezama, por ejemplo, su nieve perpleja en el trigo, su festón enhebrado de nieve, su pulpa cortesana, sus insectos ciegos a pique por el flanco frío, sus nieves declamadas, sus nieves invitadas, sus nieves que escrutan gamos en el bosque y follajes cubiertos por la red de una luz tan tenue como la falacia del invierno fijo en las palmeras que se deshace con el primer golpe de sol, su rastro de arena, y la brisa canicular pintada de verde. ¿Qué es esa nieve retenida por sus paradojas? ¿La nieve de alguien, íntima e intransmisible, o la nieve del mundo? Una analogía redundante: si el mármol es parásito de la nieve —no a la inversa— la cercanía blanca es tan absoluta que entonces se cancela. Y no hay conocimiento. Pero

Día 49 Ethel Krauze

Ethel Krauze México 1954 - … Sol de Pandora Esos pequeños mundos en mis manos, globos de vidrio, de ojo de gato bueno, esfericidades que cambiábamos por dulces. Ah, ese papel metálico azul, aquella convicción de ángel con que hacíamos chocar nuestras canicas. Quien se quedaba con la negra era tocado por un don, un sino, una encorvada forma de caminar en el futuro o una cadencia inalcanzable al hablar, un ser de ala rota, pero digno. Jugaba en la feria a no perder ninguna y la luz con su acorde y la música con sombras me alejaban de aquellos universos que me acercaba al ojo como queriendo encontrar una razón, una palabra, un maullido. Entonces, todo el silencio era mi propiedad en el patio de agua muerta, en el corredor de vecindad con frutos pudriéndose en el piso. No sabía que estaba jugando al azar o a ser el sol de mi sistema; deseaba una canica oscura por encima de todos los abrazos, pero era mi cabeza la que tenía el cabello negro.

Día 48 Mónica Nepote

Mónica Nepote México 1970 -   … A esta mujer… A esta mujer la sangre se le fuga en un torrente de tardes en el pasto.          Con toda la calma y la paciencia abotonada entre los dientes, con las manos lastimadas por la furia del jabón.          Su falda es la bandera que dibuja los límites del cuerpo.          Y está ahí: quieta en su misión de sostenerse de un hilo delgadísimo, sin murmurar su sueño desvelado de mujer corrompida por el alfabeto salvaje de las cosas.

Día 47 Coral Bracho

Coral Bracho México 1951 - … Con abismada transparencia Eres el fuego del inicio. Eres la luz en el instante sabio de hacinarse en el agua. Eres la voz, la transparencia que penetra, que engendra; la nota viva y diáfana que cae, con el candor de una certeza en el centro del alma.

Día 46 María Teresa Andruetto

María Teresa Andruetto Argentina 1954 - … El paraíso es un árbol De chica imaginaba el paraíso como un árbol más grande que los reales, con sus flores lilas, allá arriba.  Melia azedarach, cinamomo, agriaz, había muchos en mi pueblo, enhebrábamos collares con los estigmas de sus flores y hacíamos tortitas con bumbulas amarillas. Lila de Persia, orgullo de la India con frutos purgantes, abortivos. Frente a la escuela, había un patio repleto de esos árboles, una mañana corrió entre los niños la noticia y cruzamos hacia el cerco de ligustros intentando ver la cuerda, el sitio oscuro, hasta que la maestra nos devolvió a los gritos al mástil, el himno, la bandera. Cuando voy a la casa de mi madre, veo esos árboles de frutos venenosos, vuelvo al vecino que perdió una noche su sentido de vivir y se colgó en el patio de la casa esquina, la que tenía un bar y un almacén.

Día 45 María del Carmen Colombo

María del Carmen Colombo Argentina 1950 - … La Montaña Si fuera segura como una montaña --las cosas claras, la palabra precisa--. Si fuera calma, una piedra de quietud, mi derrotero culminaría --seguramente-- en la cima de cordura y así colmada miraría desde allí un ojo de vértigo, el otro abismo.