Ananda Devi
Mauricio
1957-...
Suspiro (fragmento)*
Dijo “bien”, no “feliz”. Estaba consciente.
Noella jamás sería feliz. Siempre estaría resentida con todos por ser como era.
Jamás sería “amable”, no, ella no. Su mirada traspasaba todos los misterios y
todas las máscaras sin intento alguno de alianza. El único ser sin ilusiones en
Rodrigues era ella. Suspiro, con ella en el centro, sería un lugar repleto de
dudas. Pero tal vez Marivonne vio una oportunidad de cambio para Noella.
Apartada de todo, en un ambiente más saludable que el patio trasero donde se
arrastraba todo el día entre los desperdicios y, sobre todo, lejos de Gorinne
que le fascinaba cada vez más, que decía a Noella que algunos hombres gustaban
de las mujeres como ella, mujeres-tronco con rostro dulce y cuerpo vulnerable. Marivonne
vio surgir un destello en los ojos de su hija y el miedo la invadió. Eso, más
que nada, la incitó a seguirnos. (Yo no. Ella no sentía nada por mí. No era diferente
de los demás, con mi hígado que se despedazaba y mis pies hediondos).
*Utilizo un fragmento de una novela de la autora ya que no hay
disponibles traducciones de sus poemas al español.
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