La tensa calma
Por Daniela Della Bruna
El libro Nada dentro salvo el vacío de Ana Catania, editado por Añosluz es como ir una tarde al campo, sentarse cerca de un estanque tranquilo, casi inmóvil y empezar a presentir un peligro latente, innombrable.
Está formado por seis cuentos que tienen a mujeres como protagonistas, mujeres muy distintas entre sí, con historias más distintas todavía y sin embargo enlazadas a través de señales, sutilezas, elementos que al final del recorrido se perciben como formando parte de un todo.
Catania construye una narrativa en la que cada cuento se va armando en distintas dimensiones, las acciones que se concatenan y la percepción de las protagonistas que nos descubren lo que no es evidente, lo que transcurre mientras la vida práctica parece seguir como si nada sucediera.
En ese juego entre lo externo y la profunda intimidad, casi siempre secreta, nos quedamos mirando absortxs, expectantes. Y nos vamos sumergiendo en un tono, una cadencia del lenguaje, un clima específico.
El hallazgo del libro es encontrar esos momentos de quiebre en la existencia de los personajes, y hurgar con una poética de lo íntimo, sin estridencias pero también sin concesiones. Y juegan los objetos, los paisajes, los ambientes de la casa casi como personajes también, despertando vivencias, conteniendo instantes que se abren siempre un poco más profundo.
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