Delmira Agustini
1886-1914
Uruguay
Sobre una tumba cándida
«Ha muerto…, ha muerto…», dicen
tan claro
que no entiendo.
que no entiendo.
¡Verter licor tan suave en vaso
tan tremendo!
Tal vez fue un mal extraño tu mirar por divino,
tu alma por celeste, o tu perfil por fino.
Tal vez fue un mal extraño tu mirar por divino,
tu alma por celeste, o tu perfil por fino.
Tal vez fueron tus brazos dos
capullos de alas
¡Eran cielo a tu paso los jardines, las salas,
y te asomaste al mundo dulce como una muerta!
Acaso tu ventana quedó una noche abierta.
¡Eran cielo a tu paso los jardines, las salas,
y te asomaste al mundo dulce como una muerta!
Acaso tu ventana quedó una noche abierta.
¡Oh, tentación de alas, una
ventana abierta!
¡Y te sedujo un ángel por la estrella más pura
y tus alas abrieron, y cortaron la altura
en un tijeretazo de luz y de candor!
¡Y te sedujo un ángel por la estrella más pura
y tus alas abrieron, y cortaron la altura
en un tijeretazo de luz y de candor!
Y en la alcoba que tu alma
tapizaba de armiño,
donde ardían los vasos de rosas de cariño,
la Soledad llamaba en silencio al Horror.
donde ardían los vasos de rosas de cariño,
la Soledad llamaba en silencio al Horror.
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