Tengo muchos secretos, a veces duermo bien, y otras me despierto al alba, por un mal sueño. Tengo muchos secretos, y a veces pasa todo el día sin pensar en ellos. Pero la noche. No la noche. En estos días de encierro tengo nuevos secretos, (por lo menos tres vinculados a funciones corporales) viejos secretos, y un par de mentiras inconfesables. Hay una cosa que me dijiste en el patio, aquella vez, y hoy me ronda. Y otros, livianos, adolescentes intentos, los llamo secretos pero en realidad no quiero que los lea mi madre.