Tengo muchos secretos,
a veces duermo bien,
y otras me despierto
al alba,
por un mal sueño.
Tengo muchos secretos,
y a veces pasa todo el día
sin pensar en ellos.
Pero la noche.
No la noche.
En estos días de encierro
tengo nuevos secretos,
(por lo menos tres
vinculados a funciones
corporales)
viejos secretos,
y un par de mentiras
inconfesables.
Hay una cosa
que me dijiste
en el patio,
aquella vez,
y hoy me ronda.
Y otros,
livianos,
adolescentes intentos,
los llamo secretos
pero en realidad
no quiero que los
lea mi madre.
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