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Mostrando entradas de 2017

Un cuentito para ir a dormir

Había una vez una ciudad en una provincia del sur de la Argentina. Por tercera vez organizaban una Feria del Libro. Había una vez un secretario de cultura que organizaba la feria. Varón dijo la partera. Tenía brillantes ideas, una de las cuales fue llamar a esa feria del libro "Mujer" en homenaje o festejo u otra palabra de ese espectro semántico, al protagonismo de las mujeres durante el último año. Sí, parece un cuento pero es verdad. Qué belleza de gesto, cuánta generosidad. Por fin las mujeres somos consideradas centro de un evento cultural no especialmente hecho por mujeres. Por supuesto abrí el programa inmediatamente, y ahí, justo en ese momento, este cuento se acabó. Las personalidades de la cultura invitadas nada más ni nada menos que de la capital son, en este orden, un escritor varón, un historiador varón, un periodista varón, un filósofo varón, y otro... sí, adivinaste, varón. Todas primeras figuras y tipos a los que de hecho iría a escuchar, pero digamos que me

Ansiedad, llovizna y frío

Ataque de ansiedad. Angustia. Falta de deseo. La no felicidad programada. No, somos los seres de la felicidad obligatoria. Neurociencias, autoayuda, pastillas, sonrisas, ley de atracción, responsabilidad absoluta en nuestro destino, hiperconexión. Hay pocos espacios para cuestiones que no sean efímeras, rápidas; también se ven como aberrantes los procesos que impliquen desconexión con el aparato productivo. O producís o consumís comunicacional o físicamente. Entonces, en medio de una mañana cualquiera, empieza a arder el estómago, se respira hondo, se levanta la vista, y todos esperan que sigas trabajando. Y vos querés escapar, o llorar, o dormir todo el día. Pero no podés. Tenés que estar bien, no te boicotees, no procrastienes, leé los diez tips de las personas productivas, hacete cargo de tu destino. Y el ardor se convierte en náusea, algo se inflama en la garganta y parece que los ojos pueden llenarse de lágrimas. Contenibles, claro, no estaría bien ponerse a llorar en la ofic

Heroínas del Cantar de los Nibelungos

Brunilda y Krimilda Las princesas vengadoras Antes de que se cristalizara en la literatura para niñxs la imagen de las princesas buenas, sumisas y hermosas, antes incluso que las novelas de caballería establecieran el ideal de mujer que espera con gracia y silencio las hazañas de un héroe que es dueño del mundo, hubo otras mujeres en la literatura que quedaron sin rescate, conocidas por menos personas y atrapadas en la torre del olvido o del academicismo por no representar con transparencia lo que se espera de una mujer. Pero allí están, listas para gritar desde los márgenes, que la fuerza y la acción no tienen solamente nombres masculinos. Particularmente interesantes son Brunilda y Krimilda, las dos heroínas del Cantar de los Nibelungos, el poema épico medieval germano. Si bien el héroe de este poema es Sigfrido, la novedad que trae con respecto a la poesía épica medieval este texto es la de presentar a una mujer como protagonista de gran parte de la historia, una segunda part

Principio de refracción

Todo empieza con un tajo en el vidrio lastimero, el rostro se vuelve escarcha, y se desdobla siniestro. Entonces, según el ángulo, uno ve el ojo el labio el brazo salir del cuello. En unos cuantos pedazos se triza tranquilo el cuerpo. En Caleidoscopio, 2014 Della Bruna

Desasida

"No me pregunten quién soy, ni me pidan que siga siendo el mismo." (Foucault) Ahora que no tengo padre tampoco tengo patria ni tierra ni apego. Ahí estaba la raíz, ahora podría ser cualquier cosa desasida del mundo ahoga más que nunca la máscara identitaria. Ni maestra, ni Daniela, ni nadie ahora que no soy hija. Esa que han visto todas la que he sido esa y esas ya se han ido. Todo me sobra indefinidamente. Inédito Daniela Della Bruna

Enumeración

Una garganta, para el antiguo grito. Un espejo para el viejo reflejo esquizofrénico y cambiante. Un par de alas para otro vuelo, cuando escampe. En Caleidoscopio, 2014 Texto Della Bruna

Encierro

El punto álgido es el presente, cuando en la media vigilia, el medio sueño se puebla de media pesadilla. Sucumbir en la atroz trampa de la mente, rodearse de fantasmas, frágilmente estremecerse... en Caleidoscopio, 2014 Texto: Della Bruna

Soy ese río

Es la huida intempestuosa de mi sangre la que grita como el río que ha vaciado una y otra vez sus aguas, y sin embargo sigue nombrado como el mismo. Como soy nombrada con el mismo nombre, a pesar de ser vasija de otros torrentes del destino, a pesar de ser otra y la misma, muralla con memoria, habitada por otros inquilinos. En El desplazamiento, 2013 (adaptación) Texto Della Bruna

Destierro

Lejos, la pampa indefinida y galopante, los ojos de mi padre. Más lejos, los brazos de mi amante, igual de esquivo que los turbios campos. Y aquí la soledad. Callada, sin estridencias. El rostro indolente se trastoca, áspera la garganta. Hiel en las palabras, pocas palabras, que caen de la boca. En Caleidoscopio, 2014 Texto Daniela Della Bruna

Geografías

Mitad pampa, mitad montaña, mitad esquirla de un padre intenso, mitad caricia de madre clara. Mitad abierto cabalgar por el llano, mitad subida entre el arroyo, despacio. Mitad fogueo, mitad espasmo. Risa, silencio, agua en la roca. Mitad tormenta de verano, mitad nevada blanca, silencio acampanado. Mitad lluvia, trueno, mitad rayo. Mitad sombra del sol por el cerro recortado. En Caleidoscopio, 2014 Texto: Della Bruna

Concierto

El viento, en la sorda noche hace la percusión de esta sonata. Atroz la luna, desata el tiento amargo de la brutal maraña. Una tormenta inacabable galopa feroz dentro del alma. En Caleidoscopio, Editorial Remitente Patagonia, 2014 Texto: Daniela Della Bruna

Te llamarán mujer

Mi vientre no cobija, como otros, al hijo de la sangre, pero mi alma teje con palabras un poema prohibido, es el canto de una voz que pregunta desde el fondo si alguna vez tendrá perdón tanto egoísmo, si es lícito luchar contra el mandato de un cuerpo que está hecho para continuar una raza de perdidos, si no llorará una vieja alguna vez por no haber tenido hijos, si alcanzarán acaso todas las palabras,  para justificar que he bebido como otros el aire,  que en este mismo suelo he sucumbido. Pero sí, se alborotarán de brisas las ansiadas primaveras, partirá una mujer fuerte en la aurora, sentirá como rasgada su piel de sogas viejas, dirá como Elizabeht (última vanidad) que no es juguete del destino, y serán distintos otros soles, cuando el paso antiguo haya mutado en andar nuevo, y respirará con suerte otros caminos, y olvidará por fin tantas derrotas, escuchará en los campos la mujer viviente, aún, todos los vientos, todos los vientos que apaciguarán trampas y ex

Sucesión de los vientres

I Bajo sus pies la tierra que llaman virgen, la tierra co lo ni za da. Ella, endurecida, cuerpo que ha dado hijos cuerpo co lo ni za do. II La hija del encierro del hombre del vientre atropellado de una madre involuntaria. Ella, ahora, madre también involuntaria se irá con otro hombre, dispondrá el vientre para otros hijos. III Agua tibia amarga la contiene la alimenta la rechaza. El grito de su madre la despierta después de tanta lucha. En el mundo, unas manos ásperas la toman. No el grito no las agrias tempestades del cuerpo que no la amaba. IV Deseada, acariciado el vientre que la carga. Dormida, el silencio era su sombra. Nació sin lucha bebió la sombra la negra pulcritud de antiguas muertes. V De este vientre no saldrá más que sal. En el desmonte, 2016, verde olivia editora. Texto Daniela Della Bruna

Herencia

Mi padre tiene un huerto y un jardín de flores en medio de la inmensa pampa. Alrededor yerma llanura hasta el extremo cultivada. Arriba un ruido cegador el monte que se apaga. Al sur se abre la tierra deshilachada. Gas, petróleo, oro, soja. Mi perra corre plena por un arroyo en la montaña. Mi abuelo ponía un poncho en el alambre para saltar la trampa de la estancia. Hambre, celular, el diario de mañana. Mi padre sabe lo que es esperar un mes por una carta. Celulitis, botox, menstruación azul en la brutal propaganda. La abuela bordaba a mano vestidos de novia, trajes de comunión, y enseñaba a coser a las recién casadas. Trabajo, juventud artificial, cóctel de cremas, pastillas varias. Teje, teje, teje, mi madre en los recuerdos de mi infancia. Amasa el pan, revuelve el dulce y canta. Macrobiótico vegano semilla con patente pollo de granja. Siembra, siembra, siembra mi padre ronda la tierra, parece que le habla. Se enmud